De la colmena a tu mesa.
Verónica Lertora, creadora de Beelight, nos cuenta sobre los beneficios de las velas de cera de abeja, su admiración por “el animal más importante del planeta”,
y cómo trabajan con los apicultores. Totalmente naturales y amables con el medio ambiente, estas velas de pura cera de abeja son utilizadas desde hace miles de años: duran más y su quemado es más limpio, ya que no emiten hollín ni químicos perjudiciales para la salud.
¿Por qué encender velas en casa?
Prender velas es un ritual. Es como cuando ponés tu tema de música favorito, servís una copa de vino, o te sentás con un libro y tu té más rico. Cuando encendés la llama de tu vela, te envolvés en una atmósfera de calidez, de seguridad. Podés decirte: ¡a descansar!
Sobre todo en estos momentos de quedarnos en casa. Podemos volver a disfrutar de los momentos de quietud y calma, centrarnos en lo importante, estar en equilibrio y hacer de nuestro hogar un refugio.
Además, el frío es el anfitrión por excelencia: cielo gris, temperaturas bajas afuera y velas prendidas adentro son el plan perfecto.
¿Cuáles son los mejores momentos para relajarse con esta luz?
Prácticamente cualquier momento de disfrute. Podés crear un momento especial acompañado por una vela: acurrucarte en tu sillón con un libro, un té, una copa vino; darte un baño de inmersión, regalarte un tiempo de “autospa”.
Reivindicamos darse los gustos cada vez que se pueda: mucha gente cuida las velas porque son estéticamente agradables o porque fueron bastante costosas. Está perfecto cuidar las cosas, pero también es hermoso disfrutar de lo que tenemos; es decir, que las cosas sean funcionales a nosotros, y no al revés.
Al fin y al cabo, de la vida nos llevamos las experiencias. Disfrutar cada momento es en extremo reconfortante y te hace sentir verdaderamente mejor.
¿Por qué cenar a la luz de las velas es un clásico?
El calor que emanan las velas, su calidez, su llama, son algo realmente adictivo. Si te acostumbrás, cuando no las tenés, podés sentir el vacío de su calidez.
¿Qué otros planes se pueden armar?
Hace un tiempo hicimos una foto para nuestro Instagram. Elegimos dos libros que eran de nuestra infancia: un libro de cuentos de terror de Poe y otro libro de Wilde, de cuentos para chicos. Se me ocurrió decirle a mi hermana (que tiene tres chicos), que pensara una tarde diferente. Le propuse que recreara un clásico situacional: juntarse a escuchar relatos bajo la luz de las velas. Lo hizo, ¡y a los chicos les encantó! Es un plan original, donde la imaginación entra en juego, y que puede inaugurar una tradición de lectura en familia.
¿Cuál es el aroma característico de las velas de cera de abeja?
El aroma de la cera depende mucho de su origen. Varía la densidad, la textura, el color y el aroma. Nosotros trabajamos con ceras de diferentes apicultores.
A cada cera la marcamos con el nombre del apicultor, porque es una forma de estar cerca del origen y honrar a quien trabajó mucho tiempo para acercarnos un material muy noble.
Más allá de esto, su aroma es dulce como la miel. En algunas ceras se nota muy suavemente, mientras que en otras es más fuerte. Sin embargo, ninguna aromatiza un ambiente.
Hay dos momentos posibles para sentir su aroma, que dependen de la sensibilidad olfativa de quien las está disfrutando. Si se prendió una sola vela, al apagarla se siente esa dulzura tan característica por unos segundos. Si se prendió más de una vela y si se está cerca de ellas, es posible sentir el aroma dulce.
¿Qué líneas tienen con esencias?
Contamos también con una línea de velas aromatizadas con aceites esenciales.
Tenemos dos aromas para preferencias bien marcadas: una floral, con aceites esenciales de Geranio y Mandarina, muy delicada, y otra de Canela y Clavo de Olor, mucho más fuerte, más invernal (¡ideal para estos momentos!).
Sabemos que más allá de las llamas que tanto nos gustan, hay mucha gente que ama tener aromas en sus espacios.
¿Admiran el trabajo de las abejas?
Las abejas son seres imprescindibles para nuestra vida, la vida humana.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) casi el 90% de las plantas silvestres dependen en parte o en su totalidad de los polinizadores y el 75% de las cosechas de los alimentos que llegan a nuestra mesa también dependen de la polinización, especialmente de las abejas... ¡Es una responsabilidad muy grande para estas pequeñitas!
Por lo cual, cuidarlas significa mucho más que “no dañarlas”, sino que tiene que ver con apoyar a la apicultura y sus derivados.
Significa también empezar a cultivar en nuestro balcón más plantas nativas que las alimenten. Cuidar a las orugas, que luego serán mariposas, ya que cada una mantiene en equilibrio un ecosistema que existía previa e independientemente a nosotros y que podría continuar si le prestamos atención. Y eliminar los pesticidas tóxicos de nuestro jardín.
Lo increíble de las abejas es su trabajo constante: lo dan todo por llevar la máxima cantidad de polen y néctar a la colmena. En este camino, los beneficios son tanto para el planeta como para nosotros, como especie.
¿Por qué la producción de Beelight es ecológica y sustentable?
La cera de abeja es un material absolutamente natural. No tiene agregados de ningún tipo y el proceso de obtención tampoco implica la necesidad de incorporar químicos o pasar por procesos contaminantes. Es un material derivado de una actividad que, además, necesitamos.
El chocolate, el café, las almendras... son todos alimentos que se ven beneficiados por las abejas. Por lo cual, utilizar un material derivado de la apicultura también es una forma de apoyarla.
Justamente el tema elegido para la celebración del Día Internacional de la Abeja por las Naciones Unidas en 2020 fue, entre otros, la importancia de los productos que derivan de la apicultura, como la cera.
En el mundo de la elaboración de velas encontramos que es la opción que más respeta la naturaleza, la más natural. No solo no afecta de manera negativa al planeta (que ya es mucho), sino que es positiva, por el proceso de polinización y su incidencia fundamental en los ecosistemas, y para nuestra propia alimentación.
¿Cómo eligen a los apicultores, y de qué regiones son?
Tenemos nuestros apicultores conocidos y recomendados. Ya saben qué es lo que buscamos: pureza y honestidad. La cera viene de apicultores de Entre Ríos, Chaco, Santiago del Estero, Buenos Aires y La Pampa. Solemos usar la frase “queremos la cera de quien está enamorado de sus abejas”. Aunque hemos encontrado varios tropiezos en el camino, llegamos a tener un círculo de apicultores de confianza: sabemos que su cera es pura, que viene directo del campo y que no hay manera de que esté adulterada. Esa es nuestra promesa de valor.
Por otro lado, cada vez que celebramos un cumpleaños, hay velas sobre la torta. Allí estamos, rodeados de alguna manera por nuestros seres queridos, mirando fijamente esa llama y pidiendo nuestros deseos.
Por Victoria Villalba, para Untable Magazine
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